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Destinos | Regulación de las viviendas de uso turístico y una apuesta a destinos no tradicionales

España: Navegando el éxito turístico entre la masificación y la sostenibilidad

España se ha consolidado como una de las principales potencias turísticas a nivel global, con una contribución económica vital para el país. En 2023, la actividad turística generó 184.002 millones de euros, lo que representó un 12.3% del Producto Interior Bruto (PIB) nacional, un incremento de 0.9 puntos porcentuales respecto al año anterior.

 

08.07.2025 19:10 |  HSM Realizaciones | 

El sector turístico no solo es un pilar económico, sino también un motor de empleo y diversidad cultural.
 
El flujo de visitantes internacionales ha experimentado un crecimiento notable, alcanzando los 94 millones de turistas en 2024, una cifra que casi duplica la población del país y supera significativamente el récord histórico de 83.5 millones de visitantes logrado en 2019. Este volumen de turistas generó un gasto total de 126.282 millones de euros en 2024, un 16.1% más que el año previo.
Factores como la accesibilidad de vuelos económicos, la influencia de las redes sociales, la facilidad en la planificación de viajes asistida por inteligencia artificial y una sólida perspectiva económica en los principales países emisores han impulsado este crecimiento sin precedentes.

Sin embargo, este éxito masivo presenta una paradoja. A pesar de los innegables beneficios económicos, el volumen de visitantes ha generado una creciente preocupación por sus impactos negativos. Existe una mayor conciencia sobre el deterioro medioambiental y una sensación generalizada de "malestar" social en los destinos más concurridos. El término "turismofobia" ha emergido para describir la tensión y el rechazo de algunos residentes hacia el modelo turístico actual, reflejando un conflicto palpable entre la industria y la calidad de vida local. Esta situación indica que el rápido y voluminoso crecimiento ha superado la capacidad de los destinos para absorberlo de manera sostenible, generando importantes externalidades negativas. El modelo económico actual, aunque monetariamente rentable, está incurriendo en costos sociales y ambientales insostenibles, lo que pone en tela de juicio la viabilidad a largo plazo de este "éxito" sin una intervención política significativa.  

El impacto del turismo ha trascendido una mera cuestión económica para convertirse en una fuerza sociopolítica considerable. Las protestas generalizadas en los principales centros turísticos y la aparición de conceptos como la "turismofobia" demuestran que los efectos del turismo están moldeando el tejido social y la agenda política. La movilización ciudadana para exigir una "revisión de un modelo económico" y la respuesta de las autoridades locales con políticas concretas y a menudo restrictivas, subrayan que el futuro del turismo español dependerá en gran medida de la capacidad de los responsables políticos para gestionar estas tensiones sociales e integrar el bienestar de los residentes en sus estrategias de crecimiento.
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I. El auge del turismo masivo en España: destinos y sus consecuencias
A. Los epicentros de la afluencia: Radiografía de los destinos más visitados
España continúa siendo un imán para turistas internacionales, consolidando su posición como uno de los destinos más populares del mundo. En 2024, el país recibió 94 millones de visitantes, una cifra notablemente alta que casi duplica su propia población. Los principales mercados emisores de turistas hacia España son el Reino Unido, con 18.4 millones de viajeros; Francia, con 12.9 millones; y Alemania, con 11.9 millones, todos ellos con incrementos significativos respecto al año anterior.  

La concentración geográfica de la afluencia turística es un aspecto fundamental para comprender el fenómeno de la masificación. En términos de gasto turístico, las comunidades autónomas que concentraron el mayor desembolso total en 2024 fueron Cataluña (23.745 millones de euros), Canarias (22.887 millones de euros) y Baleares (20.052 millones de euros), lo que evidencia la concentración económica del turismo en estas regiones.  

El fenómeno de la masificación se manifiesta con particular intensidad en ciertas ciudades y archipiélagos. Según datos de viajeros, Madrid lidera el ranking con 10.4 millones, seguida de Barcelona con 8.4 millones, Sevilla con 3.1 millones, Palma con 2.5 millones, Benidorm con 2.3 millones, Valencia con 2.0 millones y Málaga con 1.6 millones. Las Islas Canarias y Baleares, con una población combinada inferior a los 5 millones de habitantes, recibieron cada una más de 15 millones de visitantes el año pasado, lo que subraya la desproporción entre la población local y el volumen turístico.  

La concentración del sobreturismo en estas áreas geográficas específicas es evidente. Los datos muestran claramente que el problema no se distribuye uniformemente por todo el país, sino que se agudiza en centros urbanos y archipiélagos. La desproporción entre la población residente y la afluencia turística en lugares como las Islas Canarias y Baleares, que reciben volúmenes de visitantes que triplican o más su número de habitantes, apunta a un desequilibrio crítico. Esto indica que el "sobreturismo" es una crisis localizada y severa, que exige respuestas políticas altamente dirigidas en lugar de soluciones generalizadas.

La desproporción entre el volumen de visitantes y la capacidad de carga de los destinos es una preocupación central. El hecho de que España reciba casi el doble de su población en turistas, y que archipiélagos específicos reciban hasta tres veces su población, sugiere que el volumen de turistas está excediendo la capacidad de acogida ambiental y social de estos lugares.
La capacidad de carga se refiere al número máximo de personas que un entorno puede soportar indefinidamente sin degradación. Cuando se supera, se producen los impactos socioeconómicos y medioambientales negativos. Esto implica que el modelo turístico actual, impulsado por el volumen y los vuelos económicos, prioriza la ganancia económica sobre la integración sostenible del turismo, lo que requiere un cambio fundamental en la estrategia para preservar tanto la calidad de vida de los residentes como la integridad natural y cultural de los destinos.

B. La doble cara del éxito: Impactos socioeconómicos y medioambientales
El innegable éxito del turismo en España, medido en volumen de visitantes e ingresos, oculta una serie de desafíos significativos que afectan directamente la calidad de vida de los residentes y la sostenibilidad de los destinos.

1. Presión sobre la vivienda y el costo de vida
Uno de los impactos socioeconómicos más acuciantes es el incremento descontrolado de los costos de vivienda. La proliferación de alquileres de corta duración, impulsada por la demanda turística, está directamente vinculada a la subida de los precios de la vivienda en los centros urbanos y zonas populares. Este fenómeno no solo afecta la asequibilidad de la vivienda para los residentes, sino que también transforma el tejido social y comercial de los barrios. Académicos y activistas denuncian que los comercios locales tradicionales están siendo reemplazados por tiendas de souvenirs, cadenas internacionales y establecimientos de moda orientados al turista, lo que erosiona el carácter y la autenticidad de las ciudades.  

Este proceso, conocido como gentrificación turística, es un motor principal del malestar social. La investigación muestra una relación causal directa entre el aumento de los alquileres turísticos y el encarecimiento de la vivienda, así como el desplazamiento de negocios locales. Esta presión económica impacta las vidas diarias de los residentes, generando quejas tangibles. Estas quejas, a su vez, alimentan las protestas públicas y la aparición de la "turismofobia". La secuencia es clara: mayor demanda de alojamiento turístico, conversión de viviendas residenciales a alquileres de corta duración, reducción de la oferta de vivienda para residentes permanentes, aumento de los precios de alquiler y compra, desplazamiento de residentes y alteración del tejido comercial local, lo que culmina en descontento social y sentimiento anti-turístico. Esto sugiere que la "turismofobia" no es una reacción irracional o xenófoba, sino una respuesta lógica y comprensible a los impactos negativos concretos sobre las necesidades fundamentales y la identidad de la comunidad.  

El descontento ciudadano se ha manifestado en protestas masivas en ciudades como Barcelona, Palma de Mallorca, Málaga y las Islas Canarias. Miles de personas han salido a la calle para denunciar el impacto del turismo masivo en la vivienda y la identidad de sus comunidades. En Barcelona, el malestar ha llegado a expresiones simbólicas como el uso de "pistolas de agua" contra turistas, reflejo de una creciente "turismofobia".  

2. Deterioro ambiental y uso de recursos
El impacto ambiental del turismo masivo es una preocupación creciente. Nueve de cada diez españoles reconocen que el turismo masivo tiene un efecto negativo en el medioambiente. El aumento del número de turistas conlleva una mayor demanda y uso de recursos naturales esenciales como el agua, así como un incremento en la generación de residuos y el deterioro de espacios naturales.  

3. Desafíos en infraestructuras y servicios públicos
El volumen récord de visitantes ejerce una "inmensa presión" sobre la infraestructura local existente, lo que incluye no solo la vivienda, sino también los recursos hídricos y la capacidad de los servicios públicos (transporte, saneamiento, etc.). Aunque los ingresos del turismo a menudo se destinan a mejorar estas infraestructuras, la velocidad del crecimiento turístico puede superar la capacidad de adaptación y desarrollo, generando cuellos de botella y afectando la calidad de vida de los residentes.  

4. La "Turismofobia": malestar social y reacciones ciudadanas
La masificación turística ha provocado una "oleada creciente de turismofobia" en los principales destinos, donde la saturación de las calles y espacios públicos genera una sensación de "asfixia" para los habitantes. Este fenómeno, que ya se observaba antes de la pandemia, no es exclusivo de España, afectando también a ciudades como París, Ámsterdam y Venecia.  

La sostenibilidad, en este contexto, se revela como un imperativo social, no solo ambiental. Si bien los impactos ambientales como el agotamiento de recursos y la generación de residuos se mencionan explícitamente, el énfasis abrumador en los datos sobre la asequibilidad de la vivienda, la erosión del carácter local y las protestas sociales generalizadas revela una comprensión más amplia de la "sostenibilidad". Esto demuestra que para que el turismo sea verdaderamente sostenible, debe abarcar no solo consideraciones ecológicas, sino también dimensiones sociales y económicas cruciales relacionadas con el bienestar y el tejido social de las comunidades anfitrionas. El concepto se extiende más allá de la simple reducción de la huella de carbono para garantizar que el turismo beneficie, en lugar de perjudicar, a los residentes que viven en estos destinos. Esto implica que las soluciones políticas deben adoptar una visión holística de la sostenibilidad, abordando los costos humanos y sociales del turismo con el mismo vigor que los ambientales.  

Existe un dilema claro entre la dependencia económica y la necesidad de reequilibrio. Barcelona es un ejemplo paradigmático de esta situación: es una ciudad donde el turismo es una "fuente importante de ingresos" que sostiene un vasto ecosistema de hoteles, restaurantes, tiendas y servicios públicos. Al mismo tiempo, es un foco de sentimiento anti-turístico y protestas. Esto crea un desafío significativo para los responsables políticos: cómo mitigar los impactos negativos del sobreturismo sin socavar el motor económico que proporciona empleos y financia servicios esenciales. Esto implica que soluciones simplistas como "detener" o reducir drásticamente el turismo no son viables para muchos destinos. En cambio, el enfoque debe estar en reequilibrar los beneficios y los costos, quizás a través de una asignación innovadora de ingresos, regulaciones más estrictas o un cambio estratégico hacia modelos turísticos de mayor valor y menor volumen que distribuyan los beneficios de manera más equitativa y reduzcan los puntos de presión.  

Es importante señalar que, si bien la "turismofobia" es una respuesta a problemas reales, las restricciones impuestas para controlar el flujo de visitantes, si no se gestionan adecuadamente, podrían tener consecuencias económicas negativas para la propia industria turística y los países receptores.  
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II. Políticas de desmasificación: Respuestas desde la Administración Pública
Frente a los desafíos que plantea el turismo masivo, las administraciones públicas españolas, tanto a nivel nacional como local, han comenzado a implementar una serie de políticas y proyectos dirigidos a gestionar la afluencia de visitantes y mitigar sus impactos negativos.

A. Regulación de las viviendas de uso turístico: Medidas locales y nacionales
La regulación de las viviendas de uso turístico (VUT) se ha convertido en una prioridad para controlar la presión sobre el mercado de la vivienda. El gobierno español ha implementado el Real Decreto 1312/2024, que entró en vigor en enero de 2025 y será de cumplimiento obligatorio a partir del 1 de julio de 2025. Esta normativa establece un Registro Único de Arrendamientos para todas las propiedades destinadas a alquileres de corta duración en España, incluyendo alquileres por habitaciones. Los objetivos clave de esta regulación son combatir la oferta ilegal, controlar el precio de los alquileres, proteger a los huéspedes, asegurar el control tributario y reducir los problemas de convivencia en las comunidades. Además, proporcionará a las autoridades datos fiables sobre la cantidad de alojamientos turísticos y su impacto en la vivienda y los residentes, lo que permitirá la toma de decisiones basadas en información veraz. La reforma de la Ley de Propiedad Horizontal también ha otorgado a las comunidades de vecinos la potestad de prohibir pisos turísticos.  

Las regulaciones cada vez más estrictas sobre los alquileres turísticos en toda España, desde la ambiciosa eliminación progresiva de Barcelona hasta el Plan Reside de Madrid, la prohibición de nuevas licencias en Palma y la prohibición en el Casco Viejo de Pamplona, no son incidentes aislados. Representan una respuesta política directa y coordinada a la crisis de la vivienda, el aumento del costo de vida y el palpable malestar social causado por la proliferación descontrolada de alquileres de corta duración. El registro unificado nacional subraya aún más un intento sistémico de obtener control y datos sobre un mercado previamente no regulado. Esto implica un cambio significativo en la filosofía de gobernanza, pasando de un enfoque puramente orientado al crecimiento económico a uno que prioriza cada vez más la calidad de vida de los residentes y el derecho a la vivienda, reconociendo que la sostenibilidad social es tan crucial como la prosperidad económica.  

A nivel local, varios ayuntamientos han adoptado medidas destacadas:
  • Barcelona: El Ayuntamiento de Barcelona ha adoptado una de las medidas más drásticas, anunciando la eliminación de todas las licencias de pisos turísticos (actualmente 10.101) para noviembre de 2028. El objetivo principal es incrementar el parque de vivienda disponible para los residentes y frenar la escalada de precios del alquiler y la compra.  
  • Palma de Mallorca: El Ayuntamiento de Palma también ha propuesto prohibir nuevas plazas de alquiler turístico mediante una modificación de su Plan General, buscando contener la presión sobre la vivienda.  
  • Madrid: La Comunidad de Madrid ha iniciado trámites para endurecer la normativa y las sanciones para las Viviendas de Uso Turístico (VUT). Por su parte, el Ayuntamiento de Madrid ha lanzado el "Plan Reside" para 2025, que busca ordenar y proteger el uso residencial en los barrios más afectados, mejorar la convivencia y limitar la proliferación de VUT, especialmente en el centro histórico. Se han endurecido las sanciones y se ha reforzado la plantilla de inspectores en un 15% para combatir la oferta ilegal. Además, si un alquiler supera los 90 días al año, se considera actividad profesional y requiere requisitos adicionales.  
  • Pamplona: El Ayuntamiento de Pamplona ha iniciado los trámites para prohibir nuevas licencias de apartamentos turísticos en el Casco Viejo a partir de 2025. Esta medida busca salvaguardar el modelo residencial del barrio, donde el 2.8% de las viviendas ya son apartamentos turísticos, frente al 0.2% en el resto de la ciudad.  
El desafío de la implementación y la coordinación multinivel es notable. Si bien el gobierno nacional ha establecido un registro unificado fundamental, muchas de las medidas de desmasificación más impactantes y específicas se están iniciando y aplicando a nivel municipal. Este enfoque descentralizado refleja un reconocimiento de las particularidades únicas y los diferentes grados de impacto del sobreturismo en cada localidad. Sin embargo, también presenta desafíos potenciales en términos de coherencia política, aplicación efectiva en diferentes jurisdicciones y posibles conflictos legales o políticos entre los gobiernos locales y regionales/nacionales. El éxito de estas políticas dependerá no solo de su diseño, sino también de una sólida coordinación interadministrativa y de una voluntad política sostenida frente a posibles reacciones negativas de la industria o prioridades económicas divergentes.

B. Tasas turísticas y control de flujos: ejemplos y efectividad
Inspirándose en otras ciudades europeas como París, Ámsterdam y Venecia (que incluso cobra una tasa de entrada de 5 euros), varios ayuntamientos españoles están considerando o implementando tasas turísticas y medidas de control de flujos para gestionar la presión del turismo.  

Estas tasas turísticas emergen como una herramienta estratégica de financiación y gestión de la demanda. La implementación o la seria consideración de impuestos turísticos en Toledo, Sevilla y el Barranco de Masca en Tenerife, señala un cambio estratégico hacia la contribución directa de los turistas a los costos que imponen a la infraestructura local, los servicios públicos y la preservación del medio ambiente. Este mecanismo tiene como objetivo internalizar las externalidades negativas del turismo, asegurando que los beneficios económicos no recaigan únicamente en los residentes. Además, al añadir un costo a la experiencia del visitante, especialmente para grupos grandes o áreas naturales sensibles, estas tasas pueden servir como un leve desincentivo para el turismo masivo de bajo valor, lo que podría redirigir el enfoque hacia segmentos turísticos de mayor valor y más respetuosos. La exención para los residentes en Masca subraya aún más el objetivo de proteger la calidad de vida local y el acceso a su propio patrimonio.  
  • Toledo: El Ayuntamiento de Toledo ha implementado una tasa para los turoperadores que fletan autobuses con turistas que estacionan en puntos específicos. Las tarifas varían según el tamaño del vehículo (entre 25 € para 9-35 plazas y 125 € para 55 o más plazas por día). El objetivo es mejorar los servicios públicos y fomentar una movilidad más sostenible y ordenada en el centro histórico. Se contemplan exenciones para viajes escolares o autobuses con destino a hoteles del casco histórico.  
  • Sevilla: Aunque la Junta de Andalucía ha rechazado la imposición de una tasa turística a nivel regional, el alcalde de Sevilla ha manifestado su apoyo a una tasa local (se habla de 3-4 euros para acceder a la Plaza de España) y ha tomado medidas directas como el corte de suministro de agua a viviendas turísticas ilegales.  
  • Tenerife (Barranco de Masca): El Cabildo de Tenerife ha implementado un sistema de control y tasa de acceso al popular Barranco de Masca, que incluye un transporte obligatorio para acceder. Los adultos no residentes en Canarias deben abonar 28 euros de entrada más 10 euros de transporte, mientras que los residentes de Tenerife tienen acceso gratuito. Los tiques son personales e intransferibles, requiriendo acreditación de identidad.  
  • Gran Canaria (Roque Nublo): El Cabildo de Gran Canaria también planea limitar el acceso a sitios naturales emblemáticos como el Roque Nublo.  
La fragmentación de políticas y la resistencia regional representan un desafío considerable. El claro contraste entre el apoyo municipal a una tasa turística en Sevilla y el rechazo de la Junta de Andalucía pone de manifiesto una dificultad significativa en la gobernanza del turismo español: la fragmentación de los enfoques políticos en los distintos niveles administrativos (municipal, regional, nacional). Esta divergencia puede generar inconsistencias en las regulaciones y limitar la eficacia general de los esfuerzos de desmasificación. Los gobiernos regionales podrían priorizar intereses económicos más amplios o temer perder competitividad, mientras que las autoridades locales se enfrentan directamente a los impactos diarios del sobreturismo. Esto implica que para lograr una estrategia nacional cohesiva y efectiva para el turismo sostenible, es necesario superar estas divergencias políticas y económicas, y fomentar una mayor colaboración entre los diferentes niveles de gobierno.  

Encuestas a la población española revelan que, además de limitar las viviendas turísticas (46%), una parte significativa de los ciudadanos apoya la aplicación de una tasa turística en alojamientos (26%) y el establecimiento de límites en la cantidad de turistas (20%).  

C. Los Planes de Sostenibilidad Turística en Destinos (PSTD): Una Inversión estratégica
El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (MINCOTUR) ha lanzado convocatorias extraordinarias de los Planes de Sostenibilidad Turística en Destinos(PSTD), con una dotación significativa de 478 millones de euros en 2023. Estos planes, enmarcados en el programa NextGenerationEU de la Unión Europea, representan el principal instrumento de intervención de la administración turística española para la transformación del sector.  

La inversión en sostenibilidad a través de los PSTD se perfila como una estrategia clave de resiliencia post-COVID. La financiación sustancial para el programa PSTD, en gran parte derivada de los fondos NextGenerationEU, indica que la pandemia, a pesar de su impacto devastador en el turismo, actuó como un catalizador para un cambio estratégico. El enfoque se centra en construir un modelo turístico más resiliente, sostenible y diversificado, alejándose de una excesiva dependencia del volumen. Esto representa una visión proactiva a largo plazo para el sector, buscando asegurar su viabilidad futura.  

Los PSTD buscan apoyar a los destinos españoles en su transición hacia un modelo turístico más innovador y sostenible, abarcando dimensiones medioambientales, socioeconómicas y territoriales. Los ejes principales de acción incluyen:  
  • Transición Verde y Sostenible: Actuaciones de restauración ambiental, gestión de espacios naturales, implementación de economía circular, rehabilitación sostenible de edificios y adaptación al cambio climático.  
  • Eficiencia Energética: Medidas para reducir el consumo energético, estimular la transición hacia energías renovables y promover la movilidad sostenible.  
  • Transición Digital: Mejora continua de los procesos de la cadena de valor turística, desarrollo de plataformas inteligentes, gestión de flujos turísticos mediante sensórica, Big Data e Inteligencia Artificial.  
  • Competitividad y Gobernanza: Fortalecimiento de destinos de sol y playa, rurales y urbanos; mejora de la imagen, dinamización de barrios, creación y desarrollo de productos turísticos, tecnificación y mejora de la accesibilidad universal.  
La digitalización se establece como un pilar fundamental de la gestión inteligente del turismo. El fuerte énfasis en la transición digital dentro de los PSTD, con el desarrollo de plataformas inteligentes, el uso de Internet de las Cosas (IoT), Big Data e Inteligencia Artificial para la gestión de flujos y la monitorización de visitantes, es crucial. Esto demuestra un compromiso con el uso de la tecnología para optimizar las experiencias turísticas, gestionar la capacidad de acogida y mejorar la eficiencia operativa, avanzando hacia el concepto de "destinos inteligentes". Esta capacidad tecnológica es un facilitador clave para un turismo sostenible y bien gestionado.  

La diversificación de la oferta es otro eje central para la sostenibilidad territorial. El apoyo de los PSTD a una amplia gama de destinos (sol y playa, rurales, urbanos, culturales, enogastronómicos, de naturaleza) demuestra un esfuerzo deliberado por diversificar el producto turístico más allá de los puntos de alta concentración. Esto tiene como objetivo reducir la presión sobre las áreas saturadas y distribuir los beneficios económicos de manera más amplia por todo el territorio, incluyendo regiones rurales y menos conocidas. Esta estrategia fomenta la cohesión territorial y reduce el riesgo de una excesiva dependencia de unos pocos destinos clave.  

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III. Promoción de destinos no tradicionales y su preparación
Para contrarrestar la masificación y fomentar un modelo turístico más equilibrado, España está invirtiendo activamente en la promoción y preparación de destinos menos convencionales.

A. Estrategias de diversificación y promoción de Turespaña
Turespaña, el organismo oficial de promoción turística, está reorientando su estrategia para atraer un turismo de mayor calidad y gasto, con un enfoque en mercados emisores de alto poder adquisitivo como Estados Unidos y Canadá. Estos mercados son valorados por su capacidad para desestacionalizar la demanda y generar un mayor impacto económico; por ejemplo, los turistas estadounidenses gastaron un promedio de 2.113 euros por persona en 2024, con un gasto diario de 274 euros y una estancia media de 8 días.  

Este cambio de paradigma, de la cantidad a la calidad y la diversidad, es una adaptación crucial a los desafíos del sobreturismo. La reorientación hacia mercados de alto gasto y desestacionalización, junto con la promoción de experiencias diversas (cultura, naturaleza, gastronomía), indica un giro estratégico lejos de un modelo centrado en el volumen. El objetivo es aumentar la rentabilidad por visitante mientras se reduce la presión sobre los puntos turísticos tradicionales y se distribuyen los beneficios de manera más amplia. Esto busca un modelo turístico más sostenible y resiliente.

La estrategia busca promover una "España diversa" más allá del tradicional sol y playa, impulsando el turismo cultural, de naturaleza y activo. Se busca poner en valor el patrimonio cultural y las tradiciones locales, la gastronomía de kilómetro cero, y las experiencias en entornos naturales como senderismo o deportes náuticos.  

La "España interior" se posiciona como un eje central de la nueva propuesta de valor. El enfoque en destinos rurales y del interior es una estrategia deliberada para liberar su potencial inexplorado y abordar los desequilibrios regionales. Al destacar el patrimonio cultural, la naturaleza y las experiencias locales únicas, España está creando nuevas narrativas que atraen a diferentes tipos de viajeros, contribuyen a las economías locales en áreas menos desarrolladas y alivian la presión sobre los centros urbanos y costeros saturados. Esto también se alinea con el objetivo más amplio de la cohesión territorial.

B. Preparación de los Destinos No Tradicionales: Infraestructura y Conectividad
La capacidad de España para diversificar su oferta turística depende en gran medida de la preparación de sus destinos no tradicionales en términos de infraestructura y conectividad. El país cuenta con una alta conectividad terrestre, ferroviaria y aérea, lo que facilita el acceso a diversas regiones.  

La infraestructura digital se presenta como un habilitador clave para el turismo diversificado. España es líder en infraestructura digital según el índice europeo DESI 2023 y el primer país en implantación de banda ancha de al menos 100 Mbps, que ya alcanza el 94.79% de los hogares. La cobertura 5G móvil llega al 96% de la población y se ha triplicado en zonas rurales, alcanzando el 23% en la banda de 3.5 GHz. Esta mejora significativa ha reducido la brecha digital en las zonas rurales en 7.6 puntos porcentuales en el último año. Esta alta conectividad no es solo una ventaja general, sino un factor crítico para promover destinos no tradicionales, ya que permite un mejor marketing digital, servicios turísticos en línea y una gestión inteligente de los flujos de visitantes, haciéndolos más atractivos y manejables para el viajero moderno. Ayuda a cerrar la brecha digital urbano-rural, lo que hace que el turismo rural sea más viable.  

El Gobierno ha lanzado la Plataforma Inteligente de Destinos (PID), una herramienta de digitalización del sector turístico financiada a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. La PID busca mejorar la gestión turística, coordinar la oferta, permitir la colaboración público-privada y ayudar a las pymes a entender mejor el perfil del visitante para adaptar su oferta. Adicionalmente, 46 destinos de la Red de Destinos Turísticos Inteligentes (DTI) han recibido 95 millones de euros para complementar sus capacidades tecnológicas.  

La inversión estratégica en la capacidad de acogida y gestión inteligente es evidente. Los Planes de Sostenibilidad Turística en Destinos (PSTD) incluyen el desarrollo de infraestructuras de conectividad como el despliegue de fibra óptica, servicios 5G, Wi-Fi municipales y redes de sensores. También impulsan sistemas de inteligencia turística que integran Big Data e Inteligencia Artificial para la gestión de flujos y el control de aforos. Esto va más allá de la mera promoción, asegurando que estos destinos emergentes puedan absorber el aumento del turismo de manera sostenible, ofrecer experiencias de calidad e integrar la tecnología para una mejor gestión y monitorización. Esto garantiza que la diversificación no se trate solo de distribuir turistas, sino de hacerlo de manera inteligente y sostenible.  

Ejemplos concretos de esta preparación incluyen:
  • Melilla: Promocionada como un destino emergente que combina historia, cultura y mar, con conexiones aéreas y marítimas mejoradas.  
  • Destinos Rurales y de Naturaleza: Los PSTD apoyan la mejora de la movilidad, la creación de rutas cicloturistas, la instalación de puntos de recarga para e-bikes y autocaravanas, y la recuperación de estaciones para uso turístico.  
  • Toledo: A través de la tasa de autobuses turísticos, se han generado ingresos que se invertirán en la modernización del transporte, señalización e instalaciones para visitantes, mejorando la experiencia turística.  
Conclusiones y perspectivas futuras
El turismo en España se encuentra en una encrucijada. Si bien su crecimiento masivo ha consolidado al país como una potencia económica global, generando ingresos y empleo vitales, también ha desvelado una serie de tensiones y desafíos significativos. La paradoja del éxito es palpable: los beneficios económicos se yuxtaponen con una creciente preocupación por el impacto socioambiental, manifestada en la presión sobre la vivienda, el deterioro de la calidad de vida de los residentes y la emergencia de la "turismofobia" en los destinos más saturados.

Ante este panorama, la administración pública española ha adoptado una postura proactiva. Las políticas de desmasificación, tanto a nivel nacional como local, están marcando un cambio de rumbo. La implementación del Registro Único de Arrendamientos a nivel nacional y las drásticas medidas locales para regular o eliminar las viviendas de uso turístico en ciudades como Barcelona, Madrid y Pamplona, demuestran un compromiso con la protección del derecho a la vivienda y la calidad de vida de los residentes. Estas regulaciones, junto con la introducción de tasas turísticas y controles de flujo en lugares como Toledo y el Barranco de Masca en Tenerife, buscan internalizar los costos del turismo y gestionar la demanda de manera más eficiente.

La inversión estratégica a través de los Planes de Sostenibilidad Turística en Destinos (PSTD), financiados en gran parte por los fondos NextGenerationEU, subraya una visión a largo plazo para el sector. Estos planes no solo buscan la sostenibilidad ambiental, sino que también enfatizan la digitalización y la diversificación de la oferta como pilares fundamentales. La apuesta por la "España interior", el turismo cultural, de naturaleza y enogastronómico, y la atracción de segmentos de mercado de mayor gasto y desestacionalización, como los turistas de Estados Unidos y Canadá, son pasos cruciales para distribuir los beneficios del turismo de manera más equitativa y reducir la presión sobre los destinos tradicionales.

España cuenta con una infraestructura sólida, tanto física como digital, que la posiciona favorablemente para esta transición. La alta conectividad de fibra óptica y 5G, incluso en zonas rurales, junto con el desarrollo de plataformas inteligentes de gestión turística, son herramientas clave para apoyar la diversificación y la gestión eficiente de los flujos de visitantes en los destinos no tradicionales.

Sin embargo, persisten desafíos importantes. La eficacia de estas políticas dependerá de una voluntad política sostenida y de una implementación consistente en todos los niveles administrativos, superando las posibles fricciones entre las prioridades locales y regionales. Es fundamental mantener un equilibrio delicado entre el impulso económico del turismo y la preservación del bienestar de las comunidades y el medio ambiente. La monitorización continua y la capacidad de adaptación de las políticas serán esenciales a medida que los patrones turísticos evolucionen. El éxito a largo plazo del modelo turístico español radicará en su capacidad para implementar estas estrategias de manera integral y adaptable, asegurando que el turismo siga siendo un activo sostenible y no una carga para el país.


Fuentes: Toda la información reunida en esta nota proviene de fuentes oficiales y de un estudio integral realizado con IA, contando con recursos y estadisticas del INE, Tourspain; Ministerio de Industria y Turismo de España; y de Ayuntamientos y Municipios españoles.