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Litoral | Un modelo de cooperación

Salto Grande es una obra binacional que impulsa la energía, la integración y el desarrollo regional

Ubicada a 15 kilómetros al norte de Concordia, en la provincia de Entre Ríos, y conectada con la ciudad uruguaya de Salto a través de un puente internacional, la Represa de Salto Grande es uno de los hitos más significativos en la infraestructura hidroenergética de Sudamérica.

02.05.2025 00:00 |  HSM Realizaciones | 

Este complejo binacional, operado en partes iguales por Argentina y Uruguay a través de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, no solo genera energía eléctrica sino que también encarna un modelo de integración y cooperación regional.

El Museo de Salto Grande
Ubicado en el predio del complejo, el Museo de Salto Grande, inaugurado en el 2002, constituye una de las principales puertas de entrada para quienes desean comprender el funcionamiento y la historia de esta megaobra. Antiguamente una estación de trenes donde se realizaban controles migratorios, el edificio fue reconvertido en un espacio museológico que combina ciencia, tecnología y educación.
El museo exhibe maquetas a escala, piezas originales de los equipos electromecánicos, fotografías históricas, y material audiovisual que contextualiza la construcción y operación de la represa. También aborda temáticas ambientales y energéticas, como el cambio climático y las fuentes renovables.
El recorrido incluye visitas guiadas a cargo de personal especializado, con paradas en salas de máquinas, el puente internacional y el embalse. Es una actividad abierta a escuelas, turistas y público general, ideal para quienes buscan una experiencia educativa en el corazón del Litoral argentino.
Represa Salto Grande

Una historia de visión compartida

El proyecto nació en 1946, cuando ambos países firmaron un convenio para construir un complejo hidroeléctrico en el curso medio del río Uruguay. Sin embargo, pasarían 27 años hasta que se iniciara la construcción en 1974. Finalmente, en 1983 fue inaugurado oficialmente, con 14 unidades hidrogeneradoras en funcionamiento.
La represa se construyó en una región con importantes formaciones rocosas, lo que imposibilitaba la navegación fluvial. Aunque se proyectó una esclusa para permitir el paso de embarcaciones, esta obra quedó inconclusa al demostrarse inviable económicamente.

Características técnicas
Salto Grande cuenta con 14 turbinas del tipo Kaplan distribuidas en dos salas de máquinas: siete del lado argentino y siete del lado uruguayo. Cada unidad pesa aproximadamente 1.200 toneladas y mide 25 metros de altura, comparable a un edificio de 10 pisos. La energía generada es inducida mediante campos electromagnéticos y alcanza los 13.800 voltios. Luego, transformadores de potencia (actualmente provistos por Siemens China) elevan la tensión a 500.000 voltios, permitiendo su transmisión eficiente a grandes distancias.
La energía generada no se almacena: se produce y se consume en tiempo real. La red de distribución es gestionada por CAMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico), lo que impide saber con precisión qué zonas consumen directamente la energía de Salto Grande, aunque la pérdida en transmisión dentro de su jurisdicción es sólo del 2%.
Represa Salto Grande

Regulación y control de crecidas

Uno de los aportes más significativos de la represa es la regulación de crecidas del río Uruguay. Aunque no puede frenar el caudal natural, mediante compuertas de vertedero se mitiga el impacto de las inundaciones, como ocurre frecuentemente en Concordia. Los modelos hidráulicos permiten prever el caudal de agua con hasta siete días de anticipación, facilitando evacuaciones preventivas y evitando daños mayores.

Un territorio binacional
El complejo hidroeléctrico incluye un área de territorio binacional, con inmunidad de jurisdicción argentina y uruguaya, lo que permite operar con independencia. El organismo cuenta con aproximadamente 500 empleados permanentes, distribuidos equitativamente entre ambos países. También hay personal contratado y tercerizado para tareas específicas como limpieza o mantenimiento.
El modelo laboral es propio y combina normativas laborales de ambos países, adoptando lo mejor de cada sistema. Las autoridades del organismo son designadas por los poderes ejecutivos respectivos, y la presidencia se alterna cada seis meses entre ambos países.

Protección de la fauna ictícola y pesca con devolución
La Represa de Salto Grande también cumple un rol en la conservación ambiental, especialmente en lo que refiere a la fauna ictícola. A través del monitoreo de caudales, programas de protección de hábitats acuáticos y campañas educativas, se promueve la pesca responsable y con devolución en la región. Estas prácticas son esenciales para preservar especies nativas del río Uruguay como el dorado, el surubí y el patí.
El embalse, al generar un hábitat de aguas calmas y controladas, favorece la reproducción de ciertas especies, y se han implementado restricciones de pesca en zonas sensibles y durante temporadas específicas. Además, en coordinación con organismos ambientales y asociaciones de pescadores deportivos, se realiza fiscalización periódica y concientización para fomentar la sostenibilidad del recurso.
Represa Salto Grande
Impacto territorial y social

La creación del embalse de 78.300 hectáreas, que se extiende 144 kilómetros hasta Monte Caseros y Bella Unión, obligó a relocalizar comunidades. El caso más emblemático es el de la ciudad de Federación, que fue demolida y reconstruida en una nueva ubicación. Paradójicamente, esta tragedia dio origen al descubrimiento de aguas termales, convirtiendo a Federación en un polo turístico termal de relevancia nacional.

Innovación y futuro
Actualmente, Salto Grande atraviesa un ambicioso plan de renovación de activos que busca extender la vida útil del complejo a cien años. Las nuevas piezas y sistemas electrónicos reemplazan gradualmente los componentes originales, muchos de ellos de origen soviético. La represa sigue operando sin necesidad de asistencia externa gracias a la capacitación técnica del personal local.

Un modelo de cooperación
Salto Grande no solo es una fuente confiable de energía, sino también un modelo exitoso de integración regional y administración pública binacional. A pesar de los desafíos financieros y de valorización del megavatio generado, mantiene condiciones laborales dignas, altos estándares técnicos y una visión sostenible.